Tras poco más de 4 años esta web ha sobrepasado el millón de visitas. La ecología científica y sus aplicaciones en la era postindustrial centran el interés de
multitud de actores. A medida que avanzamos hacia un escenario de escasez de energía concentrada y de alta potencia que nos han suministrado los combustibles fósiles, el caos parece acumularse en múltiples frentes: el primero, el imparable
deterioro ecológico. La crisis ecológica parece no alcanzar su clímax: los residuos industriales, la imparable destrucción de suelos orgánicos y pérdida de biodiversidad, la agroindustria todavía en expansión
con sus múltiples daños colaterales, entre ellos el más pernicioso desde la perspectiva de un cambio climático ya imparable como es el continuo abuso de abonos inorgánicos para la producción alimentaria industrial
que terminan en ríos, acuíferos y plataformas continentales. Derivado de todo ello, la catástrofe ambiental a la que estamos abocando al planeta está convulsionando el panorama social y económico a escala planetaria: guerras,
pobreza, hambrunas en aumento, epidemias, poblaciones desplazadas...
Desde nuestro (todavía) cómodo refugio occidental asistimos preocupadxs y más o menos actvistas al dantesco
escenario. Nos soliviantamos en la medida en que alguna amenaza proviniente de algún lobby industrial (minería de tierras raras, extractivismo, talas masivas de bosques con fines madereros o agrícolas, trasvases de agua que merman los
recursos de las zonas desde donde se trasvasa...) nos toca de lleno y se ganan algunas batallas (como recientemente en el Campo de Montiel, la retirada del proyecto de macrogranja en un lugar emblemático de Murcia, el monte Arabí...) pero solo
son pequeñas batallas. La guerra global contra el planeta sigue su curso inalterado por estas pequeñas victorias. Tarde o temprano nos afectará de lleno.
Hace 4 años
nos propusimos con esta web ser sobre todo un medio de divulgación consecuente con las soluciones que habrían de darse a escala planetaria para detener la imparable destrucción de nuestros recursos naturales, los únicos que pueden
asegurar nuestra supervivencia como especie. La restauración de ecosistemas completos, con su fauna, el desarrollo de hábitats sostenibles, sustentados por energías renovables de forma dispersa y redes locales de microeconomía serán
los únicos escenarios posibles de subsistencia con calidad de vida en un escenario sin energía fósil. El decrecimiento, término maldito para la economía industrial liberal, no es una opción. Es solo cuestión
de tiempo. La potencia decrece conforme pasan los años y ni la energía renovable (lean un artículo interesante al respecto en la sección de Energía) basada en el sol, el viento, las mareas o la biomasa ni otros inventos tecnológicos
sustituirán jamás la altísima potencia concentrada que nos ha proporcionado el petróleo.
En las diferentes secciones de esta web hemos tocado lo concerniente a
estos temas globales de preocupación, hemos proporcionado enlaces a diferentes webs y documentos, algunos de realización propia, sobre las líneas y tendencias generales que conciernen y, cada vez más, la mejora en nuestra calidad
de vida, algo absolutamente inviable sin la restauración de nuestro entorno y la recuperación de los patrones sociales de comportamiento que nos hicieron triunfar como especie hace ya casi dos millones de años.
Se abre una nueva etapa. Seguiremos compartiendo información pero sobre todo re estructurándola, creando archivos de búsqueda para que sea accesible por búsqueda de términos y prepararemos una
colección de fotos sobre el hábitat que todavía estamos construyendo en nuestra finca, en la Fuente Vieja, que da nombre a nuestra asociación. Abriremos entonces una etapa de apertura para visitas guiadas en donde daremos a conocer
presencialmente a quien lo desee un ejemplo práctico de diseño y montaje de un hábitat realizado según los principios de la permacultura tal y como los concibió su fundador, Bill Mollison, que murió precisamente hace
casi un año. Además segumos colaborando por la red, junto con otrxs amigxs y profesionales de diferentes ramas de la ciencia y la tecnología, en el intercambio de información en diversos campos: grupos de agricultura natural, permacultura,
propuestas de diseño para fincas para ponerlas en producción o mejoras de productividad, propuestas de posibles vías de solución a modo general de problemas de deterioro ecológico, asesoría en sistemas de transición
energética renovable a escala doméstica, en uso de materiales para bioconstrucción y diseño de interiores...
Seguiremos haciendo todo esto y más...el
camino a la transición postindustrial empezó desde el momento en que se sobrepasó el pico del petróleo hace más de un lustro y no ha hecho más que iniciar su andadura. Prevemos un escenario de conflictivdad social
creciente conforme la crisis ecológica y económica avance y sin que los actores políticos asuman un comportamiento responsable y coherente con esta situación. Vivimos en una zona especialmente en riesgo por el conflicto ecológico
y económico creado entorno al deterioro de la laguna salada de el Mar Menor y en el cual, la agricultura industrial sobre todo, todavía en expansión con la connivencia de la administración, pero también un modelo turístico
insostenible desde el punto de vista medioambiental y, por tanto, económico, han sido piezas fundamentales.
El actual modelo productivo ha llegado a su fin. El turístico, porque la principal fuente
de atracción, unas aguas cristalinas y limpias que albergaban una singular biodiversidad se ha perdido posiblemente para siempre, ya que no hay ningún indicio, dos años después de que se emitiera la voz de alarma por la eutrofización
de las mismas (hay muchas referencias en la web al problema y a las posibles soluciones del Mar Menor e incluso hemos dado charlas) de que se vayan a poner en marcha los cambios necesarios para detener el progresivo deterioro del que fué un singular
ecosistema. Y el agrícola porque se sustenta sobre técnicas que agotan los recursos naturales a un ritmo acelerado (los trasvases de agua ya son inviables) y porque el precio de la energía ya está empezando a hacer inviables también
las tecnologías sobre las que se sustenta la actividad agrícola industrial: desaladoras, trasvases, abonos industriales, maquinaria, pesticidas, plásticos...
Es en este escenario donde, nos
tememos que al final, quedaremos aquellxs que hemos apostado desde el principio por iniciar la reconversión del campo antes de que la crisis toque fondo, por rediseñar el territorio y los espacios habitables, por empezar a desarrollar nuevas
estrategias para la conservación de la biodiversidad, sobre todo en espacios habitados, por desarrollar los servicios ecosistémicos, en definitiva por empezar con la implantación poco a poco de otro modelo económico basado en la
productividad de los ecosistemas y en una nueva reordenación territorial. De momento toca seguir trabajando y colaborando con nuestra comunidad local primero y por supuesto con toda persona, comunidad, asociación o empresa que decida que es el
momento de acabar con lo que ya está acabando por sí mismo, las viejas estructuras y funciones industriales y dar el salto a lo nuevo y lo que tiene futuro,
¡hasta siempre!
Seguimos informando...
E4E