"Cuando acabo de explicar éstos y otros argumentos sobre el futuro energético a mis interlocutores suele embargarles un estado de frustración y desesperanza (cuando no de incredulidad). En esencia, me dicen, mi discurso es muy catastrofista, y por este motivo no puede ser creíble. Y ese es el problema de esta sociedad infantilizada: que no es capaz de encarar como un adulto crudas verdades objetivas con datos y que necesita ver un futuro edulcorado, con happy end. Sin embargo, mi discurso no es de desesperanza o apocalipsis; no estoy hablando del fin del mundo, pero sí del fin de este mundo."
por Disi Dencia