"Bueno, hablemos de gatitos... Los grandes félidos de dientes de sable se acabaron para siempre, y los pequeños también pero no sus funciones: Éstos aplicaban sus aptitudes anatómicas a presas modestas, compitiendo directamente con hienas, osos carnívoros y panteras. Los grandes acosaban a toros, rinos, hipopótamos y elefantes. Y en esto eran únicos e insustituibles: Mal que pese a según que animalismos, somos los únicos depredadores que podemos limitar de forma efectiva las poblaciones de paquidermos, y de proteger así a la vegetación que de procrear en exceso dañarian... Hay quien dice que el exagerado desarrollo del tren delantero de los grandes gatos de dientes de sable, les capacitaba especialmente para corretear sobre sustratos inestables; barro y arena, como las hienas; y nos da alguna pista acerca de nuestro hipotético papel de sustitución en situaciones futuras de ingeniería ecosistémica generalizada... Pero ésa será otra historia: De momento, lo que toca es pelear con uñas y dientes para que los toros, rinos, hipopótamos y elefantes que quedan no se extingan y; si es posible, que lo es; que amplíen sus áreas de distribución y aporten a cada vez más territorio sus funciones específicas"
J.Ramon Rosell