La ingeniería ecosistémica va a ser, con las energías renovables y la telemática, uno de los pilares más importantes de la economía postindustrial
que se avecina. Es algo que viene determinado por multitud de factores termodinámicos, ecológicos y socioeconómicos: Emergen por lo tanto movidas de lo mas variopinto,
desde ámbitos distintos y distantes, y como resultado de procesos para todos los gustos... El nivel técnico y científico, la objetividad y el rigor son características propias de solo algunas iniciativas de éstas. Otras pueden
considerarse tentativas de aprendizaje por acierto-error, que ya se irá viendo a donde llegan. Y finalmente algunas, que merecerían puestos de honor en las mejores antologías del disparate, parecen estar sentando escuela: Me doy cuenta,
por ejemplo, de que para mucha gente bienintencionada la ecología es cualquier cosa menos una ciencia: La entienden como el amor a la naturaleza, un camino de superación personal, una conexión mística con los animales y las plantas,
llegar a ser "uno con el cosmos", una rama de la ética y ni se sabe que otras películas. Así que, por aplicación práctica de todo esto, hay quien dice haber aprendido permacultura por intuición, entrando en meditación
profunda, viajando "por el astral", siguiendo las "voces del corazón" o flipándola en colores... Y claro, por todas éstas empiezo yo a entender que haya peña que, por tiempo que llevan en el asunto, era para que se las supieran
todas, y sin embargo siguen en "búsqueda existencial" y sin dar pie con bola.
J.Ramon Rosell