Las estrellas están muy lejos, pero si analizamos su luz podemos enterarnos de muchas cosas de cada una de ellas. Y no sólo de su masa, tamaño y posición, que es lo más básico,
también medianete espectrografía, de su composición química. Gracias a ello podemos saber lo que les ha pasado y lo que les va a pasar. Y eso que las estrellas están allá, encadiós... La luz y todas las demás
radiaciones electromagnéticas transportan información: Datos muy valiosos para todo organismo biológico interesado en su propia supervivencia y en mejorar su situación. Las plantas captan luz para aprovechar la energía que
está contiene mediante la fotosíntesis, pero también utilizan la luz como dato: Mediante mecanismos bioquímicos sencillos son capaces de detectar donde hay más luz para crecer en esa dirección. Una de las informaciones
más interesantes que la luz transporta es aquella que se refiere a la forma de los objetos, a su posición relativa y a las frecuencias de luz que reflejan; es decir su color... A la actividad biológica no debió parecerle fácil
en un principio producir órganos capaces de extraer de la luz dichos datos, pero el mecanismo evolutivo se puso en marcha, hizo su trabajo y configuro los ojos... Estos están presentes en al menos tres grupos distintos de animales, e incluso
en el caso de algunos reptiles existen o han existido órganos de visión especializados en captación de luz infrarroja, que no es visible para ojos normales, pero transporta al menos un tipo muy valioso de información: Los mamíferos
y las aves disipamos el calor residual de nuestros procesos metabólicos en forma de luz infrarroja, y ésta delata nuestra posición... Cabe preguntarse a partir de que mecanismo básico evolucionaron ojos y similares.
Hace unos años, un fulano del que no he vuelto a saber descubrió accidentalmente que colonias de protozoos mantenidas en tubos de ensayo se comunican entre sí mediante luz ultravioleta, ésta no es
calor residual y al menos su producción precisa de órganos especializados y probablemente también su recepción e interpretación. Los calamares, que viven en grande bancos y poseen ojos parecidos a los de los vertebrados,
se comunican emitiendo luz desde su piel mediante fluorescencia y utilizan códigos de una cierta complejidad. En nuestro que hacer tecnológico los humanos hemos inventado las cámaras de aphotos y de vídeo, imitando a los ojos, para
construir imágenes a partir de luz visible y de infrarroja, entre otras. También hemos diseñado aparatos para comunicación a distancia sin soporte de cableado u otros conductores, utilizando luz visible, luces no visibles, microondas
y ondas de radio entre otras radiaci. Hemos conseguido esto en dos o tres millones de años de evolución tecnológica y ¿Que me dicen estos desparramaos? ¿Que en cerca de cuatro mil millones de años de actividad biológica
la Biosfera no ha llegado a producir algo parecido, e incluso mucho más eficaz?¡Nga-ya! A vagar, señores...
J.Ramón Rosell