Hay tres opciones válidas en política económica, a día de hoy: Liberal, socialista y verde. El liberalismo consiste en que cada santo aguante su peana, y el que no pueda que se hunda con ella.
Así hasta que el número de hundientes, reales o potenciales, sobrepasa cierta "masa crítica" que abre nicho político al socialismo. O a los socialismos, más bien, por que desde el nazismo hasta la anarquía los hay
casi para todos los gustos... El socialismo científico del siglo XIX partía del análisis objetivo de la realidad desde una perspectiva socioeconómica. Le faltaba; cosas de la época; las aportaciones
que ya muy después ofrecen la antropología no eurocéntrica, la termodinámica, la ecología y la teoría de sistemas generales. Pero hizo lo que pudo, el pobre... Entre otras cosas llegó a la conclusión
de que el estado tiene que servir a los intereses de la gente trabajadora y, ya que el capital se mete en política, el estado social debe meterse en cuestiones económicas, controlar los mercados, someter a las grandes empresas y obligar a que
todo el tinglado productivo trabaje para la gente... Poco de esto sobrevivió en occidente a la segunda guerra mundial: Desde entonces la socialdemocracia apuesta por el crecimiento desbocado y el consumismo a ultranza, invocando a Keynes como gurú
de referencia, que para colmo no era ni de izquierdas...
En la práctica, gracias a la alquimia social-liberal, los dioses del keynesianismo y del neoliberalismo juegan
al pin-pong utilizando a la peña como pelota: Cambian cada equis tiempo las reglas del juego, bien dándole a la máquina de hacer billetes, bien recortando el pienso a lo bestia, a fin de pillar a todo quisque en bragas; una y otra vez;
y que nadie sea capaz de hacerse cuentas de futuro... Lo "malo" es que para que el invento furrule hace falta energía barata. Y está que se acaba...
Frente a todo esto la economía verde viene
a decir que vale ya, que la sociedad industrial está herida de muerte y que cuanto antes fenezca, mejor. Que hay que desplegar a tope las renovables, hay que restaurar los ecosistemas y hay que desarrollar economías locales completas, eficientes
y auto suficientes, por que no queda otra y por que, encima, mola... Y sobre las dosis relativas de socialismo y liberalismo que hayan de guiar el asunto, debatiremos, politiquearemos y... Ya veremos.
Se me ocurre
que en toda esta fiesta; descontando castas, estafas y quiceemes; Pablo Iglesias y sus pudientes vienen a ser el ala izquierda seria y consecuente que, "gracias" a los delirios psicóticos de Don Francisco Largo Caballero, el PSOE nunca llegó
a tener. Que irrumpe en escena con, al menos, ochenta años de retraso.
J.Ramón Rosell