La tomadura de pelo agroalimentaria, lejos de remitir, sube de tono y de volumen... Las autoridades comunitarias, que administran el dinero de nuestros tributos, van a volcar un río de billetes encima del sistema
agroganadero continental, a ver si así se va volviendo ecologista. Se ve que han echado cuentas y han sacado por resultado que ya tocaba desde hace tiempo... Hay que mimar al campo por que abandonado a sus propios medios resulta ruinoso e improductivo, y lo único que así podría aportar a la sociedad, sería el insoslayable estímulo de la hambruna: Primero fueron cantidades industriales, nunca mejor dicho, de abonos, pesticidas, plásticos,
maquinaria y carburantes a precio de risa, mientras hubo energía barata para derrochar. Luego ayudas para el paisanaje que se abstuviera de hacer todo el daño posible a especies biológicas y ecosistemas. Ahora para que no sean tan dependientes
de las entradas industriales que empiezan a no poder ser... El caso es que vía impuestos vamos a tener que pagar cada vez más por la comida, y así llegará el día en que no nos quede dinero para fiestas, y algo más
tarde aquel otro en que deje de haber comida para todxs lxs que somos. Sólo hay una forma de atajar estas fatales consecuencias: Tenemos que plantearnos una cuestión y hacerlo muy en serio ¿Que leches pasa en el campo? ¿Por que
no hay cojones a que el sistema agroganadero produzca por sí mismo comida en abundancia y nos la venda a precio razonable? Una vez que hayamos profundizado en ello, estaremos en posición de afrontar el asunto por nuestros propios medios.
Y
el aphoto, que hoy no va de sistemas agroganaderos, ni balones ni chorradas.
J.Ramon Rosell