Resulta que las formaciones de izquierda, e incluso alguna de corte liberal, que amenazan la hegemonía de la anarcoderecha en las próximas elecciones locales y regionales se toman o dicen tomarse muy en serio
la cuestión medioambiental ¿Qué hacer entonces desde las administraciones cuestionadas para salvar, en la medida de lo posible, los muebles? Pues parece que a algún superdotado se le ha ocurrido que apretándole las tuercas
a la gente con temas absurdos de apariencia medioambiental, y echando la culpa a "presiones ecologistas", quizás podrían generar rechazo hacia las políticas medioambientales y cambiar la intención
de voto de algunos vecinos, con lo que podrían perder algún que otro concejal o diputado menos por aquí o por allá... Habría que desactivar estas movidas y otras similares de forma preventiva. No es sólo cuestión
de los apoyos electorales que podrían conseguir las opciones políticas decentes. Ahorraríamos al vecindario ni se sabe cuántos quebraderos de cabeza, y de bolsillo...
J.Ramon Rosell