"Una de las broncas más gordas que hay montadas alrededor de la gestión de la biodiversidad enfrenta a la sociedad en general y a las comunidades locales en particular con multinacionales agroalimentarias y farmacéuticas, y con los correspondientes laboratorios biotecnológicos: Así, por ejemplo, han delirado con la posibilidad de que quién describa por primera vez una especie biológica pueda patentarla y reservarse su uso, pero el poder judicial suele despertarles por la vía rápida. Del mismo modo varias tribus indias sudamericanas han podido proteger judicialmente sus derechos sobre preparados medicinales, venenos de caza y otros mejunjes hipereficaces que elaboran desde tiempo inmemorial y que la piratería biotecnológica pretendía arrebatarles... En éstas, después de introducir modificaciones genéticas más o menos absurdas e irrelevantes en especies y variedades, y patentarlas, han pretendido hacer pagar por uso indebido a agricultores y comunidades cuyos cultivos se han visto contaminados por el polen transgénico de cuya difusión son responsables las dichas empresas... En Cartagena de España; donde la seriedad, el rigor y las altas capacidades tecnológicas conviven maravillosamente con la ridiculez más espantosa; las cosas van aún más allá: Hay quienes desde el cashondeo y la verbena pretende apropiarse del término "biodiversidad" e incluso del conceto correspondiente."
J.Ramón Rosell