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Hay que afrontar las cuestiones energéticas desde la termodinámica. Las cuestiones ecosistémicas y económicas desde la ecología. Las cuestiones humanas desde la antropología. Las artes desde la semiótica... Y punto: Por que el discurso ético-moral, los psicodramas en los que nos implica y los mundos imaginariamente felices hacia los que nos proyecta, son el papel de colorines en que se envuelve la más perversa y extrema de las (auto)destructividades."
J. Ramón Rosell