La transición hacia la ingeniería ecosistémica viene determinada por factores y procesos a gran escala, independientes en gran parte de la voluntad humana, y es obligatoria: El sistema agroganadero
no va a alimentar ni a la tercera parte de los que somos en un contexto de energía cada vez más escasa, y de potencia neta decreciente... Para que no haya una regresión poblacional masiva, con todo el coro de conflictos y desastres que
seamos capaces de imaginar, habremos de gestionar ecosistemas completos, maduros, a máxima potencia y máxima productividad... Ya, antes de que el proceso se ponga en marcha, empieza a haber resistencias al cambio, que a fin de cuentas no son
más que propuestas de suicidio colectivo. La sociedad deberá desestimarlas de plano... Y cuando toque lo hará... Uno de los eslóganes de referencia de esta estrategia autodestruciva es "no vamos a volver al paleolítico":
Al parecer hace furor y es de lo primero que hay que desmontar. Para ello lo mejor es pararse a pensar en lo que es y representa el neolítico, entendido éste en el sentido de expansión y predominio del sistema agroganadero... Ciertos grupos
humanos se vieron atrapados en la ratonera de la desertificación hace alrededor de 10.000 años en varios lugares del norte de África y Oriente Medio. Perdieron el sentido de integración en ecosistemas maduros y potentes, pasaron
hambre, a la desesperada inventaron cultivos y domesticaciones, sobrevivieron pastoreando rumiantes, cultivando cereal, legumbres y lino, y yendo de allá para acá persiguiendo tormentas... El desastre que ahora empieza a tocar techo empezó
cuando estas gentes salieron de los desiertos, propagado sus "recetas mágicas" por lugares que nunca habían tenido problemas deproductividad y aprovisionamiento, y fastidiando así a poblaciones a las que nada de eso hacía ni remota
falta. De hecho lo que hicieron fue propagar el desierto por grandes extensiones del planeta: Escasez, pobreza, hambre, conflictos... Y así estamos ahora, cuando toda solución estructural pasa por dar "el experimento" por fracasado... ¿Se
puede llamar a esto "volver al paeolítico"? Pues quizás desde alguna perspectiva, en algún sentido y con los correspondientes matices, sí. Pero lo que no tiene lógica ninguna es que ahora, cuando gracias al desarrollo científico
volvemos a saber lo que es un ecosistema, cómo funciona y cómo se gestiona a máximo rendimiento y de forma durdera; y los dioses de la fertilidad se nos revelan como sagradas sandeces; dejemos de hacerlo y consintamos en pasar hambre,
y todo lo demás, por ser fieles a cuatro poses estéticas referidas a un manojo de caprichos sin fuste: Al final de todos los trajines siempre es la gente quien decide. Y suele hacerlo más por intereses concretos que por pejigueras abstractas...
J. Ramón Rosell