"Algo que no va más allá de la política de imagen, pero invita a reflexionar: Ni el incremento del número de turistas ni el incremento bruto de lo que gasten son indicadores significativos de la, llamémosle, productividad del sector. Se habla mucho de la calidad de la oferta: Mejor... Pero lo que de verdad resulta significativo en términos socioeconómicos es el valor añadido de los servicios correspondientes, globalmente considerados... Conviene considerar el turismo como un sector exportador, en el que en lugar de llevar los productos hasta las poblaciones clientes, son éstas las que se desplazan. Con lo del Mar Menor por el medio, queda claro que la calidad ambiental resulta determinante. Más aún: La capacidad del territorio para absorber visitantes y atender debidamente sus demandas es la base fundamental. Y en consecuencia; cuentas son cuentas; la productividad global está en relación inversa al coste de las infraestructuras de uso específico que se decida construir. Sin duda Manuel Fraga dejó sentadas, antes de su exilio británico, otras pautas de gestión. Pero ha pasado ya medio siglo y va siendo hora de corregir rumbo... En tecnoecología (Recuerden: Permacultura, rewilding y gestión de servicios ecosistémicos) también tocamos temas de espacios habitables y de intercambios de materiales, energía e información... A buenas horas bicicletitas, y tal...
"
J. Ramón Rosell