La consciencia, o conciencia si se prefiere, plantea un problema filosófico de base que cuestiona incluso la posibilidad de que pueda ser estudiada desde una perspectiva científica, es decir: Sin montar hipótesis sobre hipótesis...
Cada uno de nosotrxs sabe con certeza de la existencia de un sólo caso de conciencia: La suya propia... Ya que todo funcionamiento propio y ajeno puede ser explicado en términos mecánicos y sin recurrir a la conciencia como factor. Así
es incluso en referencia al caso de alguien que afirme con toda la rotundidad posible poseerla... Resulta que hay que sortear el método científico para adjudicar conciencia a otros sistemas, distintos de cada unx de nosotrxs mismxs... A las malas
es una conjetura que ni puede ser comprobada ni puede ser falseada, y sólo hay una forma de salir del atolladero: Tirar de criterios de semejanza, del acientífico y tan denostado como utilizado razonamiento analógico. Pero como sucede
siempre que aparcamos la relativa seguridad del método, la solución de un lío suele ser otro lío de mayor alcance ¿Dónde ponemos la frontera en la semejanza a la hora de adjudicar conciencia? O dicho de otro modo:
Si yo soy consciente y decido; arbitrariamente; que todo cuanto se me asemeje posee conciencia ¿En qué medida habrá de asemejárseme algo para que mi decisión al respecto sea positiva? Es un inconsciente, solemos decir referido
a alguien ignorante e imprudente... Bromas aparte, una vez desechado por incomprobable, farragoso, innecesario e irrelevante el dogma idealista de la "sustancia espiritual" como supuesto sustrato de la conciencia, habría de postularse que ésta
es una propiedad emergente de redes sistémicas complejas, y otra vez ¿Cómo y cuánto de complejidad hacen falta para poder hablar de conciencia con ciertas garantías de no decir chorradas? Alguien, pasando ya la frontera de
lo científicamente prudente, ha llegado a proponer que la conciencia sea una propiedad intrínseca del espaciotiempo, la energía y la materia o sea, de los sistemas físicos. Así la conciencia o más bien sus precursores,
estarían por todas partes en estado embrionario, latente o como se le quiera llamar... Por más que desde la ciencia, y sobre todo desde el cientifismo, se haga por denostar las tradiciones animistas, más acá de las sectas newage
existe un neoanimismo nada dado a delirios rocambolescos que se nutre directamente de la ciencia, tanto o más que de las experiencias personales e intransferibles de toda la vida... En cualquier caso queda mucho que estudiar acerca de patrones y mecanismos
de interacción en sistemas complejos... Sin duda las religiones patriarcales se han pasado de rosca poniendo una abstracción dorada por encima del vértice de la pirámide, para luego intentar concretarla en aventuras y desventuras
de discutible valor literario, pero de clarísima intencionalidad socieconómica y política... Ésto no debería cerrar puertas a la reflexión ni, con las cautelas pertinentes, a la investigación acerca de otras
conciencias y otras voluntades que además de las nuestras pudieran resultar posibles.
J. Ramón Rosell
http://elpais.com/elpais/2016/09/30/ciencia/1475265401_134971.html?id_externo_rsoc=FB_CC