"Las tribus de Norteamérica no solían dar opción a que burocracias parásitas y dispéndicas se les subieran a la chepa. Y lo tenían fácil por que el sistema agroganadero aún no les había absorbido la sesera: Las tías cultivaban huertos pequeños e hiperproductivos, además recolectaban productos vegetales silvestres y todo tipo de bichejos comestibles. Los tíos se dedicaban a ayudarles, a cazar, a comerciar y a guerrear, y tanto ellas como ellos ocupaban con política más de la mitad del tiempo en que no estaban durmiendo: Queda claro que así no había manera... En cambio a lxs campesinxs agroganaderos del viejo continente, el trabajo les ocupaba veinticinco horas al día: Necesitaban guerreros especializados que les protegieran de otros guerreros, y curas que a fuerza de contar historias de terror asustaran y amansaran un poco a la gente de armas... La historia oficial no nos habla del bienvivir y del bienestar de la gente, sino de las realizaciones; absurdas e inútiles la mayoría de las veces; de "las grandes civilizaciones". Ahora que empezamos a entender las cosas desde la termodinámica, la ecología y los intereses de la gente, tendremos que reinterpretar y reescribir la historia, y no dejar títere con cabeza.."
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