"...Y el caso es que gracias a los errores tradicionales del sistema agroganadero y a los avances de la ingeniería ecosistémica, este recorrido de mejora se prevé largo y prometedor. Ponerlo en marcha beneficiaría a casi todos los agentes socioeconómicos implicados: empresas, agricultorxs autónomxs, trabajadorxs asalariadxs y estructuras de apoyo, comercialización y servicios indirectos, incluido un nuevo e hipotético sector turístico íntimamente insertado en el medio rural.. Se comprende que a toda innovación importante le toque de principio ser una incomprendida, pero es que en determinados medios políticos cuanto más y mejor se entienden las propuestas de la permacultura, el rewilding y la gestión de servicios ecosistémicos, más de plano se les rechaza... En cambio se propone una mayor y más duradera aportación en subsidios agrarios para el personal laboral del sector, sujeto a ocupación intermitente. Esto generaría más gasto público y no resolvería el problema de fondo. Por otra parte, me resultan aterradoras las descripciones que me hacen algunxs amigxs punkys andaluces, ocasionales beneficiaixs de estas ayudas, acerca de las bolsas de pasividad e indolencia que dichas políticas vienen generando en la región vecina... ¿Qué está pasando? Uno de los muchos aspectos comunes a todos los extremismos es el recurso a la estrategia de la tensión; o agudizar contradicciones, como también se le llama: la activación e intensificación de los conflictos aumenta las oportunidades para estas opciones y, sea cual sea su color político, las soluciones estructurales las reducen... Parece que tenemos un problema: estaba latente pero se empieza a vislumbrar. A ver qué hacemos..."
J. Ramón Rosell