"hay que hablar necesariamente de corrientes: naturalistas, con el foco puesto en la protección de "especies y espacios" buscando efectividad, sin despreciar medios y pasando de casi todo lo demás. Reivindicativas, lxs "más cañeros", que desde la crítica sociopolítica pedían cambios más o menos radicales en "el sistema" sin las que sería imposible preservar "la naturaleza"... Luego estábamos lxs sistémicos que no sólo nos habíamos leído a Margalef, a Odum y a Toffler: incluso los entendimos, mayormente... Hacia finales de los setenta teníamos que hablar obligatoriamente en futuribles: "cuando se acabe el petróleo...", "cuando la biosfera empiece a ejecutar los intereses de la deuda ambiental..." Bueno, pues ya estamos en el futuro y presenciamos cómo empiezan a encajar nuestras recetas, no sólo en los ecosistemas sino también en los mercados, y se amplían las posibilidades prácticas. Por lo demás, como entonces, seguimos estudiando cosas raras y contemplando el despiste..."
J. Ramón Rosell