El pasado lunes 7 de agosto asistimos como representantes de A. C. Fuentevieja a una importante reunión de vecinos y vecinas de la Sierra Occidental de Cartagena de España. Ésta fue convocada por la
Junta Vecinal de Perín a cuya diputación pertenecemos con la finalidad de ir constituyendo comisiones de trabajo capaces de informar sus actuaciones y tareas... Estamos firme e indisolublemente comprometidas con la implantación y el desarrollo
de economías locales que sean autónomas en lo fundamental, y que resulten plenamente eficientes y sostenibles. Consideramos que resulta vital la conservación de los recursos genéticos, ecosistémicos, culturales y paisajísticos
que hemos heredado, y que en la medida de lo posible habremos de mejorarlos. Estamos dispuestas a realizar cuantos esfuerzos sean necesarios para poner en manos de nuestros vecinos y vecinas los datos científicos, técnicos y estéticos
que resulten necesarios para afrontar situaciones de potencia decreciente que ya operan entre nosotros... Así que nos invitaron y no podíamos faltar.
Gran parte de la atención de nuestro vecindario
se centra en las restricciones de uso y gestión que derivan tanto de los planes urbanísticos como de las figuras de protección medioambiental vigentes en la zona... Hay dos formas de enfocar los proyectos medioambientales. Para una de
ellas la gente perjudica de forma inevitable a los ecosistemas, y debe ser excluida o por lo menos sometida a controles cuanto más restrictivos mejor. La segunda se basa en articular los intereses de la población con las necesidades medioambientales,
resulta mucho más eficaz pero su puesta en práctica requiere manejar altos niveles de información y afrontar tareas complejas y prolongadas. Quizás por ello, de momento y aunque ésta última no sea nueva, la primera
dispone de más partidarios y resulta más influyente: de hecho es la que inspira gran parte de la normativa medioambiental y urbanística vigente en nuestra comarca y en nuestra región.
Allá
donde se toma en cuenta los intereses de la gente a la hora de poner en marcha proyectos medioambientales, una de las primeras cosas que se suele hacer es estudiar qué servicios y productos pueden aportar los ecosistemas a las poblaciones locales, de
qué forma, a qué ritmo y en qué condiciones. En la Sierra Occidental de Cartagena, el agua fue hace décadas un producto ecosistémico de vital importancia, y debería volverse a ello aunque con los mayores conocimientos
y mejores medios de hoy. Otro uso productivo muy prometedor podría ser la restauración y gestión de la fauna silvestre: los herbívoros descargan de vegetación desecada e incendiable los ecosistemas semiáridos y la
convierten en carne... En el terreno de la adquisición y manejo de datos, la investigación tecnocientífica enfocada hacia la bioquímica y hacia la ecología aplicada parece fundamental en uno de los lugares con más
diversidad biológica de todo el continente europeo. También lo sería por razones obvias (¡Qué guapos son nuestro monte y nuestro mar!) la producción estética, a través de artes y artesanías tanto
tradicionales como innovadoras, de bajo y de alto nivel tecnológico, así como diversos usos didácticos y recreativos.
No hay muchas ventajas en conservar paisajes y sistemas rurales que tanto
en términos económicos como en lo que a conservación de la biodiversidad se refiere resulten ruinosos, y bastaría con unas pocas muestras representativas como testigos del pasado. Quizás esto tampoco sea posible, por que
la gente acometerá por su cuenta y con mayor o menor acierto la mejora productiva de sus terrenos, tan pronto como empiece a necesitarlos... La permacultura, el rewilding y otras técnicas equivalentes permiten incrementar tanto la productividad
del territorio como su contenido en biodiversidad, y deberían ser eje estratégico a la hora de planificar y gestionar espacios protegidos en los que haya poblaciones humanas importantes. Una vez establecidos criterios de nivel respecto a eficiencia,
sostenibilidad, calidad ambiental y estética del paisaje humanizado, quizás sería momento de revisar las proporcionalidades fundamentalmente restrictivas que se siguen actualmente en materia de edificabilidad rural. Se trata en esto, como
en todo, de clarificar objetivos, articular medios y establecer con ambición y realismo qué estructuras y funciones resultan óptimas para las poblaciones humanas en un territorio como el nuestro. Urge un diseño general, flexible
pero exhaustivo, de sistemas de producción básica, estructuras urbanas y semiurbanas, técnicas de elaboración y comercialización de productos y servicios, y una evaluación completa de la capacidad de absorción
turística, entre otros asuntos...
Las políticas medioambientales referidas a biodiversidad están experimentando un cambio radical en todo el planeta, y no molaría nada que en esto, como
en otras muchas cosas, en el sur de Europa no quedemos los últimos. Se empezó hace ya mucho con grandes espacios a conservar al margen de la influencia humana, aunque en la mayoría de los casos la necesidad de intervenir para optimizar
procesos ecosistémicos haya acabado imponiéndose. Luego se pasó a la catalogación de pequeñas superficies muy ricas en especies amenazadas, y a su cierre a cal y canto: es la llamada estrategia de "puntos calientes". A ésta
aún le queda recorrido y cabría aplicarla en la Sierra Occidental a unas cuántas hectáreas. Se da la circunstancia de que somos propietarias y copropietarias de algunas de las pequeñas demarcaciones que obligatoriamente habrían
de ser incluidas en esta categoría... Pero para grandes extensiones prima cada vez más la gestión y redistribución de productos y servicios ecosistémicos. El cambio de paradigma no va a ser fácil y tropezará,
por ejemplo, con normativas pensadas desde otras filosofías y para otros supuestos. En democracia, las leyes no pueden ser consideradas como condiciones de contorno fijas e inamovibles. Tampoco como caprichos absurdos "a la europea" que es necesario
cumplir para que nos den dinero. Parece más lógico y prudente partir de un conocimiento amplio y profundo de los recursos de que disponemos, y de la forma de desplegarlos en consonancia con nuestros intereses, para luego ir a hablar con las instancias
políticas que tienen competencias a la hora de interpretar, hacer y cambiar leyes... Hablamos de temas como la riqueza y la calidad de vida, auténticamente transversales, que interesan por igual a cualquier vecino, vecina, o sus hijas e hijos,
independientemente de que se defina o no como conservador, liberal o socialista. En consecuencia, sería de esperar que todos los agentes políticos locales colaborasen anteponiendo a sus intereses personales y de partido, los de la gente y el
territorio. Y que se viera todo esto como una posibilidad de desbloquear las cosas e iniciar procesos, más que como la típica oportunidad para ponerse laureles y hacer carrera.
Es el momento de que lxs propietarixs de las fincas decidan qué quieren hacer, si dejar los terrenos abandonados, volver al secano tradicional o lanzarse a un nuevo modelo productivo, la ingeniería ecosistémica. Las dos primeras no les serán productivas. La tercera sí.
"Ni el gobierno, ni los agricultores, ni la oposición, ni "los ecologistas" han planteado soluciones efectivas. Cunde la desesperación y las cosas podrían írseles de las manos a todo el mundo, incluidos los protagonistas más directos... Urge dar salida a todo esto: Sostenibilidad ambiental y eficiencia productiva, que permitan a la vez mantener la rentabilidad monetaria y el empleo. Se sabe de algunas fuerzas políticas que tienen, han tenido o siguen teniendo las líneas técnicas de solución al alcance de la mano pero se han cerrado en banda a las soluciones y han optado por seguir en la línea de la protesta hueca propia del ecologismo llorón y pazguato e insistir en el apoyo a un modelo productivo que tiene los días contados, eso sí, con algún retoque estético para que parezca que en realidad no se está defendiendo lo que se está defendiendo. Pero no valen engaños...el 6 de abril se apoyó claramente a la agroindustria, en contra de los intereses económicos y de calidad de vida de lxs residentes e la ribera del Mar Menor, de su sector turístico y de lxs propixs trabajadores y trabajadoras del campo...¿a quién pretenden engañar sus señorías...? Tres meses después la prensa se hace eco del progresivo abandono de la agroindustria del campo de Cartagena debido a la falta de un recurso que le es indispensable para su destructiva actividad: agua dulce. ¿Persistirán lxs politicxs en su fútil empeño en la defensa de la agroindustria? Eso parece..."
Ver enlace
Junto con Gazella dorcas y Gazella cuvieri, fueron las tres especies de gacelas que J.A. Valverde propuso introducir en el semiárido ibérico...
Comentarios
28.10 | 23:39
Me ha encantado , ya hablaremos cuando tengas tiempo
06.09 | 00:08
matrix agroganadero, jajaja, toda la razóm. La natura siempre se organi...
01.08 | 10:49
Hola Carmen soy Antonia, quisiera me metas en el grupo de whatsap...
12.10 | 07:31
Increíblemente interesante, voy a estudiarlo en detalle. Gracias.