Hotspot de Biodiversidad

Háganse ustedes cuentas con que el Mar Menor llega hasta Fuente Álamo. E incluso más allá: Hasta Las Suertes o Campo Nubla... La cuenca de la laguna es fundamentalmente plana. Su altitud sube poco más de cien metros en veinte y muchos kilómetros y, al menos en las capas superficiales, su sustrato mineral es muy permeable. Así que la infiltración de agua hacia el subsuelo es mucho más significativa que la fracción de lluvia que fluye en superficie para acabar en la rambla del Albujón.

La agricultura se basa en la jodía costumbre de remover la tierra y aniquilar el suelo orgánico. Hay mucho que hablar al respecto, pero de momento baste con decir que la única "razón poderosa" para labrar y seguir labrando es que viene de tradición. El caso es que cuando a fuerza de labrar se extingue el suelo orgánico, hay que gastar energía, dinero y trabajo para fertilizar artificialmente el terreno. La agricultura primitiva resolvía la cuestión yéndose a aniquilar suelos a otra parte, la agricultura preindustrial poniendo estiércol, la agricultura industrial mediante agroquímicos y la llamada "agricultura ecológica" con el compostaje, pero no hay diferencias sustanciales entre ellas: Las cuatro trabajan sobre suelos inestables y las cuatro derrochan toneladas de nutrientes solubles que la lluvia arrastra hacia el subsuelo, se acumulan en los acuiferos y fluyen por ellos lentamente... Así es como recibe el Mar Menor la inmensa mayoría de los aportes de nutrientes que le están provocando los empachos, cada vez más graves, que conocemos y tememos. Es fácil entender que el viaje subterráneo de los nutrientes se toma su tiempo, aproximadamente el mismo que tardaría su ausencia en llegar a la laguna, si hoy mismo cesaran de golpe todos los vertidos: Descorazonador, pero a veces es necesario perder la esperanza, o por lo menos renunciar a ella, para ponerse las pilas y, entre otras cosas, dejar de decir chorradas...A las malas el Mar Menor se convertirá en una marisma eutrofa, se llenará de flamencos y de patos cuchara, y quien no esté por convivir con gases reductores tendrá que emigrar.

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