Algunos de los modelos teóricos necesarios para entender la estructura y el funcionamiento de la vegetación del semiárido termomediterráneo, se aplican
con éxito en otros entornos, en los que difícilmente hubiesen podido ser desarrollados. ...Uno de los más llamativos es el que asocia los tipos de ritmo estacional
con la competencia entre herbazales perennes y matorrales desecables en el monte bajo: Los primeros tienen ventaja en lugares con dos estaciones, húmeda y seca, es decir donde el verano es largo, el invierno cálido, y no se interrumpe la producción
vegetal por sequía en esta última estación. Esto da a los lugares una predisposición forrajera, tanto para caza como para ganadería extensiva. En otros casos el ritmo es de cuatro estaciones, bien por que hay sequía
invernal, como sucede en laderas muy soleadas, bien por que hay una pausa importante por frío en invierno, en laderas sombrías, hacia el interior o en altura. Esto beneficia a matas leñosas con capacidad de desecación; cuya repuesta
ante la lluvia tras períodos de sequía no muy largos es mucho más rápida; y permite aprovechamientos más variados, complementando la producción de forraje con apicultura, aromáticas y fibras... En cualquier
caso el monte bajo semiárido es guapo a más no poder....