CARDILLOS A NUESTRA VERA
Nombres vulgares: Tagarnina, cardo de comer, cardillo fino, cardillo real.
Así de radiantes se presentan los cardillos por los campos de Valdemoro. Aparecen en bordes de caminos,
en los barbechos, en rincon...es incultos, cuajados de sus vistosas flores amarillas.
Nuestros mayores,
sobre todo los que crecieron en entornos rurales, los conocieron siempre bien por ser planta apreciada, en concreto sus hojas basales, para añadir al cocido. Para ello se pelaban con destreza entre los dedos índice y pulgar, hasta dejar limpia
la llamada “penca” de sus incómodos pinchos.
Una de las formas más habituales de consumirlos es rehogados con aceite de oliva y ajo como acompañamiento de los garbanzos en el cocido,
a los que añade un gusto especial. También hay quien los disfruta salteados con jamón y huevo duro. Igualmente se toman en revuelto o en tortilla.
Abril es la época más recomendable
para recogerlos. Una vez florecidos suelen amargar, al igual que sucede con buena parte de las plantas silvestres comestibles.
Para quienes quieran indagar más sobre esta interesante planta apuntaremos que
su “latinajo” es Scolymus hispanicus.