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Si alguien me viene pidiendo ayuda para poner en solfa un terreno calcinado por años y años de labranza, viento y solanera, y dispone de algo de dinero en efectivo, lo que le voy a proponer es pegar una última labrada, en la que sembraremos el monte bajo que mejor cuadre con las circunstancias del proyecto, y para que se dé prisa en crecer le echaremos nitrógeno, potasio y fósforo en formas inorgánicas, y un poco de humus y estiércol de diferentes edades, más que nada para meter microorganismos variados en el escenario de batalla. La diferencia está en que a partir de ésas el terreno no vuelve a oler el arado y no se le escapa un nutriente ni dando saltos. Podríamos, eso sí, meter ganado para hacer caja de principio, lo que nos llevaría por un camino nitrófilo y herbáceo, o segar y acostar, cosechando cereal o legumbre como renta táctica si incluimos algo de esto en la mezcla, lo que nos llevaría por un camino más forestal... En cualquier caso se trata de utilizar toda la información de que dispongamos para obtener el máximo beneficio, contando con que siempre nos va a interesar mucho más tener biomasa en el ecosistema que dinero en el banco. "
J.Ramon Rosell