Entre las muchas técnicas que aportó Emilia Hazelip está la que se conoce como la última labrada: Justo cuando J.M. Aznar comenzaba su segunda legislatura, hace ya un rato, anduvo la maestra por estas tierras, y en cierto lugar del Campo de Cartagena nos reunimos un equipito de lo más total... Trabajamos veinticinco horas al día durante varios de éstos, y parimos en común un diseño para ponerle las pilas a una finca de garroferos, infrautilizada como casi siempre. Al final hubo conferencia multitudinaria, mesa redonda y festejo, pero el diseño no se llegó a aplicar: Ni el cliente, que aún no era dueño efectivo de su finca, ni Emilia, ni los dos a fuego cruzado consiguieron convencer al patriarca.
Y el esquema.