"Desgraciadamente la gente que se ha venido interesando por la permacultura y similares, lo ha hecho desde una perspectiva altruista; lease heroica y desinteresada; y también, que todo hay que decirlo, sin conocer bien la maquinaria del ecosistema. Por lo uno y por lo otro han pasado de obtener buenas rentas, y han hecho doctrina y mérito de ello... ¡Mal asunto! Ahora estamos a las puertas de un proceso de desindustrialización, las cosas del sistema agroganadero van a ir de mal en peor, y la única alternativa de producción viable está atrapada en una imagen ético-estética y romántica que no pone el camino fácil. Yo, desde que me metí, y ya hace un rato, me rebelé contra esta parafernalia y trabajé para ajustar mecanismos y estrategias, e incrementar la productividad. Y algo he sacado en claro... Dentro de tres o cuatro días empezamos con una finca de regadío de extensión mediana. El suelo está bajo mínimos, y vamos a dar la última labrada, a echar "quinse-quinse-quinse", que dicen por aquí, a sembrar una mezcla de herbazal forrajero y verdura variada, a instalar un sistema de riego múltiple y a montar viveros de frutales forestales para no tener que comprarlos cuando el suelo esté ya para ponerlos. Al agricultor que ha llevado la finca hasta ahora le salían las cuentas por los pelos, se ha hartado y se va. La clienta; podríamos decir; que es de tradición campesina, aunque bastante díscola e iconoclasta, y ha sido tendera durante muchos años, calcula a bote pronto que con el diseño que hemos esbozado doblaremos la productividad ya el primer año. E iremos a más... La clave está en manejar datos, muchos datos, de todo tipo, trabajarlos bien y concretar luego todo en actuaciones claras, precisas, baratas y muy efectivas: Ya os contaremos, seguiremos en contacto..."
J.Ramón Rosell