La ingeniería ecosistémica será uno de los pilares económicos que mantenga la producción de comida, energía y materiales cuando, dentro de nada, a las estructuras adictas al petróleo
les toque comerse el correpondiente síndrome de abstinencia. En este aspecto, como en otros muchos, el movimiento internacional de la permacultura resulta pionero, y entre otras cosas recomienda restaurar los suelos orgánicos para devolver al
territorio toda su productividad potencial. Entre las intervenciones que para tal propone está el añadido de estiércol, paja, ramaje, leña o madera vieja al suelo. Materiales todos ellos que
conviene dejar en superficie, sin mezclar con la tierra mineral. Y desde luego, desaconseja radicalmente tanto las quemas como la labranza... Pues bien: Sepan ustedes, que en Cartagena de España, a cuento de jugadas maquiavélicas más tontas
que Abundio, una o varias autoridades incompetentes pretenden obligar a la gente a quemar materiales de poda, y amenazan con sanciones brutales por tener madera vieja o estiércol sobre el terreno, argumentando ni se sabe qué disparate de "política
medioambiental"...Y esto sucede cuando, por fin, las autoridades europeas; bastante más competentes éstas; empiezan a ver la permacultura como tabla de salvación para el sector agrario ante el decrecimiento que viene, y como eje de referencia
de todo proyecto medioambiental que pretenda ser viable. Es como atravesarse en el camino de una manada de bisontes que ya tiene claro a donde quiere ir.
J.Ramon Rosell