"El hecho de que las casas estén cerca de los ríos es fuente de problemas que no tienen buen arreglo. La vegetación de los cauces tiende a desarrollarse tanto como le permitan eventos destructivos periódicos, como erosión, sedimentación, inundación... En función de éstos se configuran mosaicos ribereños con diversos tipos de herbazales, comunidades arbustivas y bosques. Todos ellos aportan materiales que obstaculizan la corriente, retienen agua y, provocando desbordamientos, la redistribuyen. A esto colaboran los castores con sus presas allá donde existen, mientras que los herbívoros ribereños explotan la vegetación baja, limitan la alta, mantienen los herbazales, reducen pérdidas por evaporación y facilitan el flujo de la corriente. Los hipopótamos, desaparecidos de Europa desde hace varias decenas de miles de año, son los campeones de esta última función... El estudio de la dinámica fluvial en todos sus mecanismos permite diseñar estrategias eficaces para la gestión de ríos y ramblas que atraviesen espacio urbano, imitando artificialmente procesos naturales. El desbordamiento controlado hacia zonas verdes cóncavas podría ser cada vez más necesario contando con las previsiones de creciente inestabilidad climática. Las recetas fáciles no suelen funcionar: Hay muchos recursos y posibilidades..."
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