Parece que quedaron hasta hace poco en marismas próximas a la desembocadura del Tajo. De hecho, muchos caballos domésticos y cimarrones de por allí presentan bastantes rasgos del fenotipo tarpán, más incluso que los célebres konics polacos, posiblemente por que se cruzaban con frecuencia con ejemplares auténticamente salvajes antes de que éstos desaparecieran. Con la denominación de caballo de Sorraia, en referencia al valle del río donde resultan más abundantes, se les está criando y seleccionando para, en la medida de lo posible, resucitar a extinto cebro ibérico.