Servicios ecosistémicos:
La forma de reducir la pobreza y aumentar la calidad de vida de las poblaciones
vulnerables , es mejorando el medio ambiente.
Y es que, las personas que sufren las consecuencias de la pobreza son, precisamente, las más dependientes de los servicios de los
ecosistemas y las que presentan una mayor vulnerabilidad frente los impactos negativos derivados de los problemas ambientales. La degradación de los recursos naturales tiene un efecto desproporcionado sobre la población más pobre ya que
su supervivencia depende directamente de los bienes y servicios ambientales con que la naturaleza les provee a diario.
El medio ambiente contribuye a la reducción de la pobreza en al menos cinco áreas críticas: seguridad alimentaria,
salud, generación de ingresos, servicios ambientales (producción de agua, reciclaje de nutrientes, recuperación de la fertilidad de los suelos, prevención de la erosión, etc.) y reducción de la vulnerabilidad (disminuir
la frecuencia y el impacto de las sequías, inundaciones, deslizamientos de tierras, incendios forestales, etc.).
El estado de los ecosistemas de una región tiene por lo tanto la misma importancia para su desarrollo que el estado de su sistema
educativo o económico. La desertificación, el agotamiento de los recursos, el cambio climático o la pérdida de biodiversidad son son sólo algunos de los graves problemas que hacen inalcanzable para muchas personas el disfrute
de una vida digna.
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