Quedamos en que tiene poco sentido distinguir entre antagonismo y mutualismo al hablar de redes biológicas. Conviene por lo tanto considerar herbívoros y fieras como piezas de una misma maquinaria y ver como
esta acopla con el ecosistema y como se establecen los acoples internos entre ambos tipos de animales. Un aspecto a considerar es la alimentación vegetal; herbívora o ramoneadora, que se dice; otra los mecanismos de defensa de los ungulados:
Velocidad, contraataque o uso del paisaje... Este último tiene un efecto regulador inmediato: Sólo donde y cuando el ecosistema posee ciertas características tienen los herbívoros en cuestión plenas garantías de escape.
Los otros dos factores se relacionan directamente con la alimentación, el estrés social y, en general, con el vigor y la salud de los animales... No existe comunidad animal sin comunidad vegetal que la sustente, y aquella desaparecería
si acaso consiguiese desmantelar por completo esta última. En un ecosistema productivo no siempre será conveniente extraer y primarán funciones de almacenaje y mantenimiento, en esas circunstancias todo rulará perfecto si las poblaciones
de fieras están en su óptimo o cerca de él. Por el contrario la reducción preparará camino a extracciones más o menos importantes, en el plazo de una o dos temporadas...