" La caza es una actividad de aprovisionamiento a la que debemos gran parte de lo que somos como especie. Una actividad que ya empezó a degenerar en el Paleolítico Superior; cuando el armamento sofisticado y las técnicas de grandes operaciones, con toda su inercia sociocultural, determinaron la primera gran oleada de extinciones de megafauna provocada por nuestra especie. Se degradó más aún desde el Neolítico; cuando el exterminio de la fauna silvestre para hacer sitio al ganado doméstico se convirtió en objetivo estratégico; y alcanza niveles de jilipollez extrema con la llamada "caza deportiva", hegemónica durante buena parte de la época industrial. Aún así, el aprovechamiento extractivo de la fauna silvestre es mucho más eficiente y rentable que la producción de carne según métodos agroganaderos, juega un papel muy importante en la puesta en valor de espacios naturales; de cara a consolidar su conservación; y en la restauración de ecosistemas degradados. Resulta además plenamente sostenible, al igual que la pesca extractiva, cuando se lleva a cabo bajo planificación científica, y todo hace prever que su importancia relativa se verá incrementada en un futuro, inmediato e inevitable, de potencia decreciente."
J.Ramon Rosell