"La ausencia de elefantes en una gran masa forestal aumenta el número de árboles pero hace disminuir el tamaño medio de estos, beneficia selectivamente a los de madera blanda y desarrollo rápido contra los de madera dura y desarrollo lento, y en resumidas cuentas determina una notable reducción de la biomasa total y, por lo tanto, de la retención de carbono atmosférico. Los elefantes desaparecieron de Europa, Siberia y las Américas ya en la Prehistoria debido en gran parte a la presión humana, y así las arboledas correspondientes quedaron desprovistas de esta y varias otras funciones que les proporcionaban. En el futuro, tanto la reconstrucción productiva de ecosistemas como la gestión inteligente de espacios naturales bien conservados, cobrarán creciente interés medioambiental y económico, y aconsejarán la reintroducción generalizada de estos y otros muchos grandes animales. Cuando y donde esto resulte inviable, la intervención humana deberá reemplazar las funciones perdidas de la mejor manera posible."
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