2. Los hidratos de metano árticos se están inestabilizando de forma progresiva en el contexto del cambio climático antropogénico y su impacto
en la disminución del hielo marino
La inestabilidad de los hidratos de metano en relación a la retirada del hielo marino- algo no predicho por los modelos convencionales- es cada vez más reconocido por los
expertos. En 2007, un estudio de Eos Transactions descubrió que:
Se pueden almacenar dentro de o debajo del permafrost submarino grandes volúmenes de metano en forma de hidratos gaseosos , y la estabilidad de esta zona de hidratos gaseosos
se mantiene gracias al permafrost. La degradación del permafrost submarino y la consiguente desestabilización de los hidratos gaseosos podría, si no de forma significativa, quizás sí de forma dramática, incrementar
el flujo de metano, un gas con potente efecto invernadero, hacia la atmósfera."
En 2009, un equipo investigador de 19 científicos escribieron un artículo en GRL documentando cómo los últimos 30 años de corriente
ártica en calentamiento progresivo estaba liberando de forma abrupta emisiones sin precedentes de metano procedente de los hidratos gaseosos de los sedimentos submarinos bajo el lecho marino en la margen continental del Spitsbergen Occidental. Previo
al nuevo calentamiento, estos hidratos de metano habían permanecido estables a profundidades marinos de solo 360 m. Se descubrieron alrededor de 250 penachos de burbujas de gas metano elevándose desde el lecho marino debido a un aumento de 1ºC
en la temperatura de la corriente
"...causando la liberación de metano del hidrato en descomposición... Si este proceso se expande por los márgenes continentales árticos, decenas de teragramo de metano por año se liberarían
en el océano."
Los científicos rusos que investigan el ESAS también confirmaron que los niveles de liberación de metano que habían descubierto eran nuevos. Como informara S. Connor en The Independent, desde 1994 I.
Semilitov:
"...ha dirigido cerca de 10 expediciones en el Mar de Laptev pero durante los años 90 no detectó niveles altos de metano. No obstante, desde 2003 informó sobre un creciente número de "puntos calientes" de metano,
que ahora se han confirmado utilizando instrumentos más sensibles."
En 2012, un estudio de Nature mapeando cerca de 150.000 simas (SEEPS?) de metano ártico concluyó que:
"... en un clima cada vez más cálido,
la desintegración del permafrost, los glaciares y partes de las capas de hielo polar podrían facilitar la expulsión transitoria de metano deplecionado de 14-C atrapada por la CAP de la criosfera."