Cuando la tierra se calentó hace 55 millones de años, lo hizo en un período de 10.000 años. El cambio previsto a lo largo del próximo siglo proporciona una pequeña ventana en la que la vida sobre la Tierra,
incluida la humana, tendrá que adaptarse a un cambio similar en temperaturas.
No obstante, la media en el cambio de temperaturas es solo parte de la historia. "Un aspecto clave de esta revisión es que los extremos realmente están
allá donde se siente una buena parte del impacto," dice Difenbaugh. "No es que otro grado del calientamiento global impactará en los ecosistemas, es que esos ecosistemas encontrarán extremos mucho más frecuentemente."
Y esos
extremos pueden tener impactos profundos en los ecosistemas por todo el mundo. P. ej. en la Amazonia, la cantidad de lluvia disminuyó en un 3,2% cada año desde 1970 hasta 1998. Eso llevó a un aumento en incendios y muerte de árboles
por toda la región."
Para afrontar los cambios, los ecosistemas necesitarán adaptarse a la nueva normalidad o migrara a un hábitat más adecuado. Ciertas especies ya están respondiendo. Las estepas se han expandido por
el Ártico en respuesta a condiciones más cálidas. En el Nordeste de EEUU ciertas plantas florecen 11 días antes de media desde el 2000 hasta 2009 comparado con el mismo período hace 161 años, de acuerdo con los registros
históricos.
La idea de que las especies migrarán está siendo la base para un área relativamente nueva de investigación conocida como la "velocidad del cambio climático". La premisa básica de la que parte
es la observación de cambios esperables a lo largo del próximo siglo en relación con el presente, y entonces anticiparse en cuanto se tendrán que alejar los ecosistemas cada año para permanecer en su área de
confort.
"Si se mira lo rápido que las especies tendrían que moverse en espacio para adaptarse al cambio climático, por tierra en muchas áreas las especies tendrían que desplazarse al menos 1 km por año para mantener
la temperatura anual que acostumbran a experimentar," dijo Diffenbaugh.
Investigaciones previas han identificado áreas planas donde los cambios ocurrirán más rápidamente porque plantas y animales tendrán que moverse
a mayores distancias para encontrar las mismas condiciones a las que estaban acostumbradas. No obstante, el nuevo estudio muestra que los ecosistemas de montaña, como el borde de Sudamérica y África, y latitudes nórdicas altas tendrían
que viajar más rápidamente y más lejos para adaptarse al cambio de temperaturas.
Las especies en aquellas regiones puede que tengan que moverse hacia arriba a un ritmo de 80 millas por año para permanecer en áreas con
la misma tempertatura con las que solían vivir, de acuerdo con el estudio. Para las especies que estén en alta montaña que estén acostumbradas a un clima más frío, eso simplmemete podría traducirse en no tener
sitio adonde ir o no haber camino para llegar allí.
Mientras que las latitudes altas y las montañas se llevan la palma en las cifras de veocidad de cambio, Diffenbaugh advirtió que las especies en áreas tropicales, que están
experimentando un cambio absoluto de temperatura menor comparado con otras regiones, todavía están en riesgo en un mundo que se calienta. Eso es porque las especies allí están adaptadas a la relativamente menor variabilidad climática
anual de forma que incluso leves desplazamientos en ese rango pueden tener profundas consecuencias.
"Hemos visto, p. ej. en Amazonia, que el calor severo y la sequía severa tienen impactos sustanciales en ecosistemas forestales," dijo Diffenbaugh.
"Hay ejemplos de eventos extremos ocasionando impactos sustanciales en una escala temporal anual."
Este pasado año, Australia experimentó su verano más cálido registrado durante el que los incendios devoraban el paisaje.
Mientras que utilizar la temperatura para determinar la velocidad de cambio muestra relativamente claras consecuencias, Diffenbaugh reconoce que la aproximación puede sobre simplificar la cuestión. "Sobre el papel, revisamos una cantidad de
otros aspectos del clima que pueden tener impactos en ecosistemas, incluyendo precipitaciones y eventos extremos tales como las olas de calor, sequías, y tormentas graves," dijo. "La cuestión de la velocidad se podría analizar a
través de todas esas lentes. Eso forma parte de la línea activa de esta área de investigación."
En la raíz de esos futuros cambios está el camino que los humanos tomamos para adentrarnos en el siglo XXI.
P.
ej. la Administración de Información sobre Energía predice que los combustibles fósiles serán la fuente dominante de energía hasta 2040, pero éstos van a dar lugar a una serie de incertidumbres, desde el crecimiento
económico hasta picos en los precios, que podrían alterar esa trayectoria.
De forma similar, el crecimiento de la población, las innovaciones tecnológicas, y los cambios políticos podrían más adelante cambiar
las emisiones de gases con efecto invernadero y, con ello, lo que el futuro clima y su impacto sobre los ecosistemas serán.
En cualquier caso, cualquier calentamiento también tendrá lugar en un mundo que está progresivamente
fragmentado por el desarrollo humano. La contaminación del aire y del agua, el bullicio urbano, la minería, la deforestación, y otras alteraciones en el paisaje crearán las condiciones para que plantas y animales inicien una
carrera en cuesta con el fin de buscar climas más acogedores.
El mapa de arriba muestra la velocidad del cambio climático basado en estimaciones previas (los 2 mapas usan escalas diferentes)
Como afrontarán las especies esta
confluencia de cambios en el próximo siglo es incierto. Los ecosistemas terrestres lo sobrellevaron bien durante el calentamiento hace 55 millones de años, aunque tuvieron más tiempo para adaptarse.
M. Mann, un científico no
afiliado a este estudio, dijo, "este estudio deja claro que podemos esperar ritmos de calentamiento sin precedentes, lluvias y sequías cambiantes, que desafiarán la capacidad adaptativa de la vida en la Tierra. incluyendo a los seres humanos."
Brian Kahn