Repatriar al español infectado por Ébola ha sido una decisión política. La Orden de San Juan de Dios, a la que pertenecía el infectado, tiene importantes negocios en la sanidad privada.
Aún cuando no está clara del todo la verdadera razón para repatriar al enfermo, que ya estaba muy grave, y cuyas posibilidades de supervivencia eran ya muy escasas, el dispositivo para montar un hospital de campaña y haberle proporcionado
no solo a él sino incluso a otras víctimas de esta terrible enfermedad, un soporte vital avanzado era una opción muy pragmática y bastante menos costosa. Además de que las recomendaciones oficiales internacionales desde hace
pocos años son claras en el sentido de controlar las emergencias sanitarias EN ORIGEN. Tampoco hacía falta que estuviera en España para recibir el más que dudoso en beneficio y costosísimo fármaco, todavía en
fase experimental y no ensayado en humanos que desarrolla una de las grandes multinacionales farmacéuticas que se ocupan del Ébola en la actualidad. El médico estadounidense, Brantly, recibió ese tratamiento "in situ" antes de ser
repatriado. El coste brutal de toda la operación será un secreto de estado por razones obvias. Y al final, la, como mínimo, "oscura" razón para traerse a este hombre a territorio europeo, pues va a darle alas a todo tipo de conspiranoias,
paranoias y delirios varios...Ojalá se queden en eso: conspiranoias, paranoias y delirios varios. Pero me temo que Mr. Ébola ha venido para quedarse...en un frasco, en un ser vivo...¿Quién sabe? La Vida se abre paso. Pues eso.