Entre comillas extractos del libro El asalto al Hades. La rebelión de Edipo. I parte, de Casilda Rodrigáñez )
” … Eso que nos faltó no es otra cosa que la MADRE, la madre amante con vientre palpitante,
es... decir la madre simbiótica, la madre de las criaturas humanas; una falta gravísima que se produjo en un momento crítico de nuestra formación; la desaparición
de nuestra simbionte, de la madre, que al transformarse o al cambiarse por la madre patriarcal, nos produce esa herida profunda en la psique; herida que invariablemente alienta una gran ansiedad, que es altamente dinámica, y que afecta a toda nuestra
estructura psicobiológica.
Mientras no se desvele y se tome conciencia de la gran devastación que en nuestra sociedad se produce en las criaturas humanas, no podrá emprenderse ningún cambio social o revolución
que nos restituya el bienestar.”
Leer a Casilda es un viaje de ida. Es un recuerdo que te deja completamente transformada para siempre.
Esta autora va al origen de todo, de lo que fuimos hace miles de años y que aún
vive dentro de nosotr@s.
Hoy que tanta gente se indigna, y se manifiesta pidiendo cambios… , hoy falta tomar consciencia de la profunda herida que arrastramos desde el origen. La que ha llevado al ser humano a ser tremendamente violento con
su misma especie y su mundo. La falta de madre. Decía San Agustín, “Dadme otras madres y os daré otro mundo.” Y esto es lo que explica Casilda en sus libros.
Durante el Paleolítico y el Neolítico, los
grupos humanos se organizaban sin jerarquías, an-árquicos, no existía el Poder, ni la propiedad privada, ni la pareja heterosexual monogámica. La mujer era cuerpo y alimento para las criaturas. Eran sociedades que se estructuraban
a partir de lo MATERNAL, del cuidado materno. Mujeres simbióticas con sus criaturas y hombres que respetaban la díada y la naturaleza femenina en todas las cosas.
Hicieron falta miles de años para devastar esa civilización,
enterrarla donde ni siquiera pudiéramos imaginarla y crear la sociedad patriarcal que conocemos de madres sin cuerpo y criaturas profundamente heridas que confundirán para siempre Amor y Poder.
Nos han engañado,nos han ocultado
la verdad. Y nos han arrancado a la Madre.
“Vivimos en un estado en el que hemos sido desposeid@s de muchas cosas que nos eran propias para podernos socializar e integrar en la sociedad humana; sólo que no lo sabemos, porque la devastación
se oculta. No nos podemos imaginar, por eso, qué es la vida ni qué es nuestra vida.
(…)
Con apariencia de normalidad y de naturalidad consiguen engañarnos, tomando los resultados de la devastación como
lo originario de la vida. Así se produce el efecto de la confusión entre la Vida el Poder que la devasta, y nos convierte en marionetas incapaces de defender la vida;
Porque ni siquiera somos capaces de ver el fenómeno devastador
que subyace al hecho de que tod@s l@s niñ@s occidentales, chupan pezones de plástico.”
Creo que hay que leer a Casilda para entender que llegar a éste mundo y crecer sin madre nos deja la herida necesaria para hacer de
nosotr@s seres sumisos. Hay que leer a Casilda para entender por qué sentimos vacío, celos, por qué nos enganchamos emocionalmente, por qué vivimos idiotizados, por qué nos creemos tantas mentiras… Hay que leer a Casilda
porque hace falta que abramos los ojos para cambiar y veamos el genocidio que supone dejar al mundo SIN MADRE.
Porque consentir que nuestras criaturas sean separadas de nuestros cuerpos al nacer, poner en sus bocas plástico en lugar de pezones,
colocarl@s en carritos y sillitas separándol@s de nuestros cuerpos, escolarizarl@s y entregarlos al Estado, educarl@s en el mal-trato ‘por su bien’, acostarl@s en cunas lejos del calor que les corresponde, para el que vinieron preparad@s,
dejarl@s llorar, es dejar en ell@s un vacío irreparable, es confundirles, cambiarles la historia , es crear seres sumisos, egoístas, jerarquizados, fácilmente domesticables, que se comerán a los otr@s o se dejarán comer,
porque lo que deberíamos haber recibido, para lo que llegábamos totalmente dispuest@s, ser un@ con nuestras madres, fundirnos en ese paraíso de lo materno, nos es arrebatado a partir de un susto de muerte desde el mismo momento de nacer.
Cuando hoy en día una mujer escucha la voz de su deseo y le da cuerpo y calor a su criatura, en contra de lo que la estructura social espera de ella, está abriendo las puertas de todo lo que Casilda dice se nos ocultó en el Hades.
Hay que leer a Casilda para entenderlo. Hay que releer el mito de Edipo para entenderlo. Hay que leer a Casilda porque es el momento de volver a hacer del mundo un paraíso, donde todo gire en torno al placer. Y para eso no hay que indignarse,
hay que devolverle al mundo lo que le fue arrebatado, LA MADRE.
Hay que volver a criar como esas mujeres del Neolítico, para las que no existía mayor bienestar que el de procurar amor y com-placer a sus criaturas.
”
No sólo tenemos las pruebas materiales arqueológicas y algo de imaginación para pensar en otro mundo. Tenemos la criatura gaiática en estado de inocencia dentro de nosotr@s, la que existía antes del proceso de edipización
que ha manipulado nuestros anhelos de bienestar y de amor. Somos a pesar de todo seres deseantes, que deseamos profundamente amar y ser amados, y que además nos gustaría ser sólo eso. Quitarnos las corazas y las armaduras, dejar las armas
de combate, dejarnos llevar por el deseo, ofrecernos y recibir sin medida ni cálculo; abolir el dinero; abolir la propiedad; vivir en reciprocidad y armonía . Desde ese estado emocional , desde esa criatura que en el fondo somos , miremos la
sociedad neolítica para averiguar la verdad y recuperar el aliento. “
- Viajamor/ Elena Alonso-