"Cuando un guerrero pone en jaque a sus rutinas, cuando ya no le importa estar acompañado o estar solo, porque ha escuchado el susurro silencioso del espíritu, entonces se puede decir que verdaderamente , ha muerto. A partir de ahi, aun las cosas más simples de la vida se vuelven para él extraordinarias. Por eso un brujo aprende a vivir de nuevo. Saborea cada momento como si fuera el último. No se consume en disgustos ni tira su energía. No espera ponerse viejo para reflexionar sobre los misterios del mundo. Se adelanta, explora, conoce y se maravilla."
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Nagual Guerrero