Mucho antes de que la implosión gravitatoria provoque fenómenos termonucleares como sucede en las estrellas. La materia se comprime hundiéndose sobre sí misma y haciéndose cada vez más densa...hacia
el final de la vida de una estrella, tras haber emitido en forma de luz casi toda la la energía que contenían sus materiales el proceso compresivo continúa y da lugar, según los csasos, a cuerpos hiperdensos o a agujeros negros...en
el interior de los planetas y de muchos de los grandes satélites y asteroides hay núcleos densos de ferroníquel que, sin llegar tan lejos, constituyen otro caso de materia comprimida y caliente. A una escala aún más reducida,
las tensiones y fricciones de los materiales sólidas debidas a las interacciones gravitatorias entre astros próximos produce fenómenos volcánicos y sísmicos...En el sistema formado por la tierra y la luna, el tirón
gravitatorio de ésta última es responsable de los movimientos de las placas continentales, que determinan a su vez la actividad sismo-volcánica de nuestro planeta.
El afloramiento de lavas tiene un efecto destructivo inmediato sobre
la actividad biológica, que resulta afectada, pero a la vez sienta las bases para una pronta restauración: a las altas temperaturas de los materiales volcánicos recién expelidos; el contacto con el aire provoca una oxidación
instantánea que puede ser más o menos profunda según los casos, pero en todos ellos produce liberación de nutrientes minerales, que quedan a disposición de la actividad vegetal... Conviene recordar que el gas atmosférico
determinante de este proceso, el oxígeno es un producto directo de la vegetación.
Pese a su contenido en nutrientes asimilables, la colonización de los terrenos volcánicos plantea serios problemas a la actividad biológica.
El más importante de ellos es resultado del calor remanente que suelen conservar. Este se traduce en un nivel más bajo de retención de agua en el subsuelo, en un aumento general de la evaporación y en una mayor intensidad y duración
de las estaciones secas. Por contra, reduce los problemas de enfriamiento y puede decirse que, con carácter general, el volcanismo crea condiciones ambientales más cálidas y más secas que las del bioclima matriz.
Para protegerse
de la desecación los vegetales leñosos han adoptado estrategias diversas de resistencia y despliegue. Estas últimas resuenan con otros signos, mientras que las primeras están en una correspondencia directa con Capricornio: formas
achaparradas, ramaje muy denso y con frecuencia espinoso, y sobre todo follaje duro, bien protegido y capaz de adelantarse a la jugada, de suspender actividad y consumo mucho antes de que la escasez real obligue a hacerlo en extremo y con cosecuencias más
traumáticas...Esta capacidad permite a la vegetación dispersa conservarse, pero también expandirse, densificarse y, lenta pero tenazmente, llegar a formar bosques secos tanto o más espectaculares que las laurisilvas. En ellos el
nudo fundamental es el suelo orgánico, que en este caso presenta un ritmo de descomposición muy lento y, por lo tanto, tiende a acumularse sin límite propio. Esto se debe a que su función como reserva de energía y nutrientes
queda eclipsada por otra mucho más importante: la retención de agua...En el mantenimiento de los bosques secos es muy importante la disciplina hidrológica: cabras, cérvidos y équidos mordisquean constantemente la vegetación
lauroide que vive al amparo de olivos y carrascas... Si crecieran demasiado dilapidarían el agua disponible con fatales consecuencias para todo el ecosistema.
A escala humana las ideas clave de Capricornio son gestión, rigor y avance seguro.
Las limitaciones autoimpuestas son, en situaciones de escasez y/o inestabilidad, la base de estrategias que garantizan o casi, el triunfo final y que permiten mantenerse en el cenit durante largo tiempo. La templanza y el control de excesos como apuesta por
la salud y la longevidad.