Como el tiempo es de Leo, aún, hoy toca hablar de reacciones termonucleares, del Sol y de otras estrellas. Veamos: El hidrógeno es el elemento químico más abundante, simple y ligero de cuantos
existen. En su versión más común, un átomo de hidrógeno consta de un protón; partícula dotada de una unidad de carga eléctrica de signo positivo y un poco menos de la masa de un neutrón; y alrededor
de este protón se localiza una unidad de carga eléctrica negativa, a la que llamamos electrón, con una masa parecida a la diferencia entre protón y neutrón... Cuando se acumula una gran cantidad de masa, compuesta mayoritariamente
por hidrógeno, en una región relativamente pequeña del espacio las partículas que la componen se atraen entre sí, se van juntando y se van comprimiendo. La compresión aumenta sin parar y la masa en cuestión
se concentra cada vez más, ocupando un espacio cada vez más reducido. Y si la masa y la correspondiente fuerza compresora son lo suficientemente grandes, los átomos de hidrógeno se funden de dos en dos y producen así átomos
de helio: El segundo elemento químico por orden de ligereza y simplicidad... Y en el proceso se desprenden enormes cantidades de energía que pone freno al proceso de compresión estelar y salta hacia el espacio en todas direcciones en forma
de luz, otras radiaciones electromagnéticas y partículas con masa y carga eléctrica..