El subjetivismo posmoderno podría haberse precipotado; como suelen hacer las sucesivas movidas neorrománticas; al dar por muerta la ilustración. El decrecimiento de la potencia y la crisis ambiental resultan inevitables, y de manera inevitable nos llevan hacia una economía dispersiva, basada en energías renovables, ecosistemas maduros y autarquías comarcales... Algo así deberá ser obligatoriamente gestionado desde el ingenio creativo, y no valdrán ni protocolos para jilipollas ni tecnocracias selectas al timón: Progresivamente, la gente se va a ir dejando de leches, y va a ir desplegando el paracaídas de la razón para aterrizar en la realidad objetiva: Es que por el otro camino acechan el hambre y el desastre... La variada y extensa red de trabajadores autónomos ya lleva un trecho andado por estas vías, tiene problemas crecientes y poco a poco se irá cansando de las majaderías del partido popular... Las santerías que desde lo más pijo a lo más folclórico vienen proliferando durante las últimas décadas, no va a ser obstáculo insalvable. Incluso, bien llevadas, pueden ayudar: El panteón clásico cuenta con la musa Urania; correspondiente al arquetipo de acuario, aire-agua, en cuyo mes solar estamos. Representa la racionalidad sintética y el paradigma sistémico, mal llamado "holístico", tan famoso y celebrado en círculos científicos comprometidos... Lady Urania no tiene sólo las versiones paganas, chamánicas y brujeriles que son deidades centrales para la simbología masónica, jipi y New Age. Hay también advocaciones católicas que, a las malas, pueden recuperar sus funciones sexuales en cuanto sus devotas y devotos les den luz verde para empezar a funcionar a pleno rendimiento... Vamos, que si no salta todo en pedazos un día de éstos, la cosa amenaza con ponerse interesante.