Dos veranos más duros que el carburo no han bastado para matar a estos sabinos (Tetraclinis) y olivos jovencitos. Hay muchos más, así que no fue posible darles riegos de socorro, y se las han arreglado por sus propios medios... Tres claves de supervivencia: Elegimos muy bien sitios y especies, encajando hasta donde se supo marcos ambientales y capacidades de resistencia, plantamos varios años antes Acacia cyanophylla para hacer suelo y mejorar microclimas, y ni se nos pasa por la cabeza quitar el herbazal o menear la tierra.