" Las especies exóticas que se incorporan a ecosistemas en los que antes no existían pueden ser discretas o expansivas. Se presupone que en este último caso resultan nocivas, cuando en realidad suelen ocupar nichos generados por intervenciones degradativas humanas, para los que están preadaptadas, cubren alguna etapa sucesional y luego ceden terreno a las que protagonizan situaciones más maduras, que en general suelen ser autóctonas. Algunas pueden integrarse en las comunidades terminales, haciéndose un hueco entre las especies de la clímax. Las hay también, sobre todo en ambiente árido, que encuentran totalmente vacío el nicho de vegetación clímax, por que no hay autóctonas que lo cubran, y actúan como cabeza de serie... Pues bien: Nada de esto determina que una cierta especie exótica sea nociva, neutra o ventajosa: Discreta o expansiva, serial o clímax, sólo será nociva en términos de conservación de la biodiversidad, si presenta una absoluta y perfecta equivalencia de nicho respecto a una especie autóctona y, siendo a la vez más capaz, establece con ella una relación de exclusión competitiva... La evaluación de si una especie exótica es o no ventajosa hay que hacerla en términos económicos: Atendiendo a los servicios y productos que aporta. Así por ejemplo, y pensando en la que se viene encima, nadie debería suponer que no vamos a necesitar fibra de pita para hacer sogas, caña como material de constucción, jugo de aloe como materia prima para cosméticos, alcohol de higos chumbos para los coches o plantaciones masivas de mimosas para restaurar suelos degradados por la agricultura y a la vez disponer de leña... La metafísica y el fundamentalismo estético van a ser expulsados del activismo ecologista por fuerza de necesidad, y quienes se aferren a ellos también."
J. Ramón Rosell