Según cómo se mire, puede parecer un lío de los más liosos o un proceso relativamente sencillo: Resulta que el agua fría pesa más que la caliente y se hunde. Y el agua salada más que la dulce. El hielo de Groenlandia se está derritiendo y echando agua nueva al mar. Como ésta es dulce, aunque esté fría pesa poco, no se hunde y se queda en superficie. Con todo éso, es como si el calentamiento global le hubiera dado prórroga a Europa Occidental y al este de Norteamérica.