"Hasta hace bien poco lo de comer salchichas era una paranoia: en los envases, casi todas las marcas declaraban haber añadido leche, trigo y a veces incluso lxs dos a la mezcla. El movimiento antigluten y antilácteos es exiguamente minoritario de momento, pero se ve que hay empresas que se hacen bien las cuentas: nadie va a dejar de comer salchichas por que no lleven ninguna de esos dos materiales y en cambio sí que habemos cada vez consumidorxs que pasamos cantidá de los productos que no prescinda de los mismos... Así que fuera leche, fuera cereales triticoides y asunto resuelto. Parece banal y no lo es: en el terreno medioambiental las cosas están muy claras: la leche y los lácteos son lo único que aporta la ganadería y que no puede proporcionar la caza de producción. Y ésta última es, con diferencia, la forma más sostenible y ecológicamente inocua de abastecerse de carne y de materias primas de origen animal, por más chorradas que digan algunxs que pululan por ahí. Por otra parte el cultivo a labranza de cereales y otros yerbajos de temporada es responsable del mantenimiento en ecología de desierto de grandes extensiones del planeta que serían diez veces más productivas si albergaran bosques y sabanas. Éstxs, al mismo tiempo, atraparían la práctica totalidad del carbono que sobra y xode en la atmósfera... Casiná."
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