Es como una olla a a presión, y las hay con o sin válvula... Nadie controla este fuego, todo hace pensar que va a ir a más y no hay mucho para elegir:
La mejor válvula viene a ser la única posible... Por preferir sería preferible que en lugar de disipar la tensión, esta fuera canalizada hacia un trabajo de transformación superadora, capaz de resolver problemas de fondo.
Desde el sentido práctico, que habría de imponerse por peso propio en tiempos complicados, hay poco más que añadir. Desde los maximalismos ético-estéticos, tan galardonados ellos, alguien podría llegar a preferir
una olla sin válvula...