"Coincide el agotamiento de las reservas petrolíferas más accesibles y fáciles de extraer con el agravamiento de la crisis ecológica planetaria. Los procesos productivos están siendo dañados de forma cada vez menos soportable por la conjunción de ambos factores. Pronto se acabará el recreo, habrá que empezar a tomarse las cosas en serio, y hacer lo que haya que hacer para que esto no vayan de mal en peor durante más tiempo del necesario... Hay dos formas de enfocar el asunto desde los diferentes agentes económicos, sociales, políticos y culturales: O se hace lo posible, mientras sea posible, para calmar al personal, repitiendo aquello de que "aquí no pasa nada" y equivalentes, o se dice claramente lo que hay y se estimula a la peña para que cada cual empiece a aplicar soluciones a su estilo y en su ámbito... Habemos quienes vamos a por esto último, mientras que otros se decantan más bien por lo primero, y los que ponen más fe y obstinación en tal propósito son aquellos productores de petróleo que no saben hacer otra cosa... Intentan convencer a cuanta más gente mejor de que no hay ningún problema en seguir quemando a tó cojón. Y para eso tienen gabinetes de jilipollas con carrera universitaria que les diseñan estrategias y discursos para todos los gustos. De ahí ha salido la tontuna esa de los chemtrails, que viene a decir que el problema no es que hay demasiados aviones volando y contaminando, no: Es que intencionadamente tiran nisesabe qué mierdas para envenenarnos, destruir los suelos de cultivo; como si la agricultura no se bastara y se sobrara en tal labor; y para que parezca que hay calentamiento global, y así meternos miedo... De paso dicen que "en realidad" no hay cambio climático ni calentamiento global, más que el que es provocado por estos y otros artilugios de película fantástica... Son estupideces que dadas las circunstacias pueden hacer un daño extremo, y quienes se las tragan tienen más peligro que un chimpancé con dos pistolas: Hay que cortar el rollo..."
J. Ramón Rosell